La apicultura es un sector altamente importante, no solo porque su evolución afecta a la buena o mala preservación de los ecosistemas sino porque también está estrechamente relacionada con el sector agro, mejorando enormemente la productividad de los cultivos si se combinan ambas actividades.
De hecho, aproximadamente el 90% de las plantas con flores necesitan de la polinización para poder reproducirse. Esto incluye la mayoría de alimentos que incorporamos a nuestra dieta diariamente, los cuales se obtienen a través de los árboles frutales (manzanos, perales, almendros…), las leguminosas forrajeras (alfalfa), las cucurbitáceas (melones, calabazas…) y demás cultivos hortícolas como las fresas o los tomates.
¿Qué relación existe entre la apicultura y la agricultura?
El primer beneficiario de la apicultura es sin duda el sector agrícola. Como decíamos, ambos tienen una estrecha relación y el uno sin el otro tendrían serios problemas, tanto económicos como ambientales.
Si la apicultura no existiera o fuera muy escasa, la agricultura caería en declive. Mencionábamos antes que si no fuera por las abejas no podríamos comer la mayoría de alimentos que solemos ingerir ya que, a pesar de que hay más métodos de polinización y más insectos que realizan esta tarea, las abejas son las principales impulsoras de los cultivos.
Por otro lado, respecto a la economía, si no existieran las abejas los costes que supondría suplantarlas para alcanzar una buena productividad serían muy elevados y, si no se tiene la financiación necesaria no se podría realizar, por lo que nos quedaríamos sin alimentos suficientes. Esto provocaría la caída del sector agro seguida de un grave riesgo para la salud de las personas.
Beneficios de las abejas
Las abejas no son solo miel, realizan múltiples funciones clave para el desarrollo de los ecosistemas y son un pilar fundamental para la salud de la humanidad.
Para empezar, estas pequeñas fomentan la reproducción de una enorme cantidad de especies botánicas. Tanto así que hay flores que sólo sobreviven gracias a ellas, específicamente gracias a las abejas solitarias que solo recogen el polen de ciertas flores salvajes.
Aparte de aumentar la biodiversidad, multiplican los ingresos de las regiones agrícolas, debido al gran aumento de cultivos que provoca la presencia de la apicultura, los cuales se pueden hasta triplicar o más.
A todo esto se le añaden los alimentos que ellas mismas crean, como la miel o la jalea real, o los que se pueden obtener a través de ciertos procesos, como la cera de abeja o el propóleo. Estos derivados de las abejas, aparte de ser altamente nutritivos, son antiinflamatorios y antisépticos.
Hay que proteger a las abejas
Con todos los beneficios que nos proporcionan las abejas está claro que debemos protegerlas y fomentar la apicultura sostenible. Pero desgraciadamente hay muchos factores que las perjudican, como son la contaminación y la pérdida del hábitat, entre otras cosas.
La contaminación del aire interfiere en la tarea de las abejas para localizar el polen. Sucede que las moléculas de olor que desprenden las flores se mezclan con la contaminación aérea dicha y las abejas no pueden encontrar las plantas que necesitan polinizar, provocando unos resultados más deficientes.
Aparte, los fertilizantes químicos y los pesticidas, además de dañar las plantas con su uso excesivo, también dañan a los insectos. El uso abusivo de estos productos está perjudicando a la fauna y flora y podemos notar sus efectos.
Por otro lado, la pérdida del hábitat se debe a las prácticas que usa la agricultura moderna, la cual está muy industrializada. En ella se utilizan los pesticidas y fertilizantes anteriormente mencionados. También el empleo del monocultivo reduce la biodiversidad y, por ello, la fuente de alimentación de nuestras polinizadoras.
Empresas como Syngenta tratan de implementar acciones para el cuidado y protección de las abejas, por ello crearon el programa Operación Polinizador, el cual se enfoca en fomentar la presencia de los insectos polinizadores en el sector agrícola.
Más prácticas que podemos realizar serían las que implican abstenerse del uso de aquellos productos dañinos que perjudican a esta especie y sus hábitats. Además, la ministra de agricultura Ignacia Fernandez sugiere un método el cual consiste en cultivar plantas autóctonas que florezcan en diferentes épocas del año y añadir un recipiente con agua próximo a las plantas para alimentar a las abejas y asegurar una buena polinización.
En definitiva, son múltiples los beneficios proporcionados por estos pequeños insectos y por ende debemos proteger y fomentar la apicultura para un mayor desarrollo tanto del ecosistema como del sector agrícola.
En nuestro Máster Internacional en Gestión de Agronegocios se han realizado visitas a varias empresas, entre ellas Biobest y Agrobio, que fomentan el uso de abejas y abejorros para una polinización más eficiente.