La tecnología busca el aumento de la productividad y rentabilidad. Y el sector agrícola no se queda al margen. La digitalización de tareas como plantar, cosechar y fumigar puede ayudar a reducir los costes de mano de obra y mejorar la eficiencia. Los sistemas automatizados también se pueden usar para monitorear la salud de los cultivos, las condiciones del suelo y programar sistemas de riego.
Empresas privadas, impulsadas por ayudas institucionales, llevan años de investigación. La revolución digital ya está en marcha. Gracias a la tecnología 5G, ver tractores y cosechadoras trabajando solas en grandes extensiones de cultivo no es ciencia ficción. Y controlar los cultivos desde el smartphone es algo que el agricultor puede hacer durante 24 horas, 365 días del año. Y actuar en modo remoto.
Estos son tres de los avances más relevantes:
- Agricultura 4.0: Sensores inteligentes y sistemas robóticos.
Los sensores inteligentes son aparatos que se colocan en los cultivos y permiten monitorizar de forma precisa y en tiempo real las condiciones ambientales, como la humedad, la luz, la temperatura, el pH del suelo, entre otros factores que influyen en el desarrollo de los cultivos. Gracias a estos datos, los agricultores pueden tomar decisiones y optimizar el uso de recursos y mejorar la calidad y cantidad de sus cosechas. La robótica en la agricultura ya se puede utilizar para identificar el estado del cultivo y correspondiente aplicación de productos químicos. También para la recolección y manipulación de frutos, recopilación de información útil para el agricultor y selección para evitar el desperdicio de alimentos. - Uso de drones
Los drones, vehículos aéreos no tripulados, contribuyen a la recolección de datos e información precisa en los cultivos gracias a sus cámaras de alta definición. Las imágenes multiespectrales que captan permiten conocer la composición del suelo y los requerimientos especiales que necesita en términos de nutrientes, abono y agua. También es infalible para detectar plagas. Y pueden servir para realizar fumigación desde el aire o incluso para movilizar al ganado. - Uso inteligente del agua
El 70% del agua dulce que se extrae en el mundo se destina a la agricultura (es el sector que más consume). Existen herramientas que permiten determinar las necesidades hídricas de los cultivos y adoptar un riego de precisión. Esto ayuda a producir más con la menor cantidad de agua posible. Un proyecto novedoso en marcha es la instalación de energía solar fotovoltaica para la alimentación energética de los bombeos y elementos eléctricos de las producciones agrícolas.

“En los próximos 10 años vamos a ver una transformación digital en el sector agroalimentario y los agricultores que no se sumen se quedarán atrás en beneficio y rendimiento”. Así de rotundo lo dijo Inma Martínez, presidenta del Comité de Expertos y copresidenta del Comité Ejecutivo del GPAI (Agencia del G7 para la Cooperación de Inteligencia Artificial), durante su paso por El Ejido (Almería) en el Datagri 2022.
En esta línea, “el campo de Almería es un ejemplo claro del uso de la tecnología. Un referente mundial. Aquí se trabaja de una forma innovadora con visión de futuro y es un modelo que tiene mucho que aportar a otras regiones del mundo. Verdaderamente es un Silicon Valley Agro”, concluyó.