Las nuevas exigencias y la competitividad del mercado empresarial han acentuado aún más el factor humano como competencia clave para el éxito del negocio. En este contexto, las habilidades directivas de las personas que dirigen las empresas cobran una relevancia especial, sobre todo en los agronegocios, donde el número de empleados suele ser bastante amplio y el desarrollo tecnológico y funcional obliga a una adaptación continua. En este artículo os contamos las claves de un buen directivo agro.
Liderazgo
Motivar y aunar a un equipo para logar un objetivo común sin necesidad de ejercer el poder coercitivo de la dirección es una habilidad que pocos directivos poseen. Un buen directivo agro debe ser un líder, es decir, debe tener la capacidad de descubrir y potenciar las aptitudes de los miembros de su equipo para mejorar la eficiencia.
Capacidad de delegar
Delegar funciones entre los integrantes del equipo es esencial para la motivación de los trabajadores como para optimización de recursos humanos y la eficiencia del trabajo. El directivo debe saber discernir qué tareas puede delegar y a quién y, por supuesto, será el responsable de la buena ejecución final.
Trabajo en equipo
Mejorar la comunicación y la colaboración entre trabajadores es fundamental para el correcto funcionamiento de una empresa. No es lo mismo tener un conjunto de trabajadores que un equipo de trabajadores organizado, motivado y disciplinado.
Habilidades técnicas
Es esencial que el directivo tenga ciertos conocimientos técnicos básicos para poder supervisar y distribuir el trabajo entre los miembros de su equipo. Además, debe ser un referente para su equipo aportando sus conocimientos cuando sea preciso.
En el sector agrario es necesario que el directivo demuestre conocimientos no solo en la gestión sino también en materias de contenido técnico. La formación especializada en el sector agrícola cobra, pues, una mayor relevancia cuando hablamos de asumir el liderazgo necesario en la empresa, sea de tipo cooperativo o de cualquier otro.
Adaptabilidad
El sector agrícola está en constante cambio y evolución, por eso un buen directivo de los agronegocios es imprescindible que esté abierto al cambio, tenga una gran adaptabilidad y, por supuesto, sea capaz de liderar los nuevos retos a los que se enfrente a empresa.
Resiliencia
Adaptarse positivamente a situaciones adversas es un reto para muchas personas y una habilidad esencial para un buen directivo. El sector agrícola se enfrenta continuamente a desafíos extremos y a cambios rápidos. Tener resiliencia en este sector es vital para garantizar el éxito en una carrera a largo plazo.
Habilidades estratégicas
Un buen directivo agro debe ser capaz de establecer prioridades y definir planes de acción para alcanzar los objetivos establecidos. Es esencial que el directivo fortalezca sus habilidades de anticipación, estén atentos a los cambios de su entorno, los sepan interpretar y actuar acorde a ellos.
Resolución de problemas
Anticiparse a los problemas que puedan surgir a través del pensamiento analítico y la buena estrategia es imprescindible para un buen directivo. Aunque ideal, esto no es siempre posible, por lo que los directivos deben tener una gran capacidad resolutiva y confianza en su equipo para encontrar la solución más rápida y óptima para los problemas que surjan.
Está claro que un buen directivo no nace con todas estas habilidades, es por eso que en ISAM intentamos dotar a nuestros alumnos de las técnicas y recursos que un buen directivo agro necesita. Aprende las herramientas necesarias para ser un buen directivo de agronegocios y como gestionar tu empresa agraria en nuestro Máster Internacional en Gestión de Agronegocios.